miércoles, 9 de octubre de 2013

To defy: The gentle art of making enemies

La inmensa ciudad no es más que un grisaceo desierto entre la 1:30h y las 5h. Es el paraiso de la reflexión. Es un viaje espirituales si sabes dejarte llevar por sus calles. Es un Camino de Santiago o un viaje a la Meca. Es una escultura perfecta. Es el más talentoso de los poemas. La más bella de las melodías jamás escuchadas.

Es el ojo del huracán.

Es en el ojo del huracán donde me acuerdo de ti. Te escucho, te veo, te leo, y te lanzo el guante. Te abofeteo y te lanzo el guante. Muchos me llamarán presuntuoso si se enteraran que en realidad siento compasión de ti. Te tengo rábia, sí, pero me siento con el poderío de ser yo quien tome la decisión de perdonarte y no adjudicarte a ti dicha labor. ¿Perdonarte? - Pues no sé, los que no me llaman presuntuoso me llaman inútil cuando les planteo el tema. Les pregunto, al más puro estilo Ghandi, que porque no mereces mi perdón, aunque sea en el más estricto sentido espiritual y me responden con vehemencia que si sufro de amnesia o que si tanta lechuga me ha vuelto gilipollas. Entonces me obligan a hablarles del tango y el pasodoble que bailé con la dama de negro. En cuanto al tango les conté a que huele su perfume, y el tacto de sus ropas y lo que me susurró. Les conté que fue el más apacible de mis sueños, y que es similar a vagar entre la 1:30h y las 5h por los callejones de la ciudad cual alma en pena y les conté lo que sentí al despertar.
Sobre el pasodoble...aún ando sin creerelo, más que hablarles para hacer entender algo, les hablé para asimilarlo. Han habido otros bailoteos más salvajes de los que hablo sin pudor, no merece ser llamado baile, a pesar de la experiencia que nos aporta, una danza asalvajada similar al Ska.
Mis argumentos les sirven a medias. Mi discurso al más puro estilo "Nazareth, año 10 d.C." les hace pensar, pero a la vez les hace volver a llamarme gilipollas y encorajarse más en sus pensamientos y argumentos y se sienten valientes para espetarme que como es posible que me ponga tan benevolente con alguien tan insensible y egoista habiendo bailoteado lo que he bailado.
Me hacen pensar. En cierto modo me aferro a mis pensamientos por el placer de mantenerlos. Por el vacío que dejarán cuando me desprenda de ellos. Pero a su vez me apetece abrazar sus ideas. Dichas con razón y no con corazón.
Es en esos momentos en los que recuerdo a la dama de negro acercándose a mi, despacito, con su mística aura envolviéndola y levitando. Me rodea un par de veces, me levanta la mano y me la agarra como si no quisiera dejarme escapar. Me abraza, con calor, con deseo, con amor. Acerca su rostro entrecubierto al mío. Con tacto, despacito, cual madre protectora acerca sus labios al rostro de su recién nacido bebé. Me abraza más fuerte aún y me susurra al oído "no nos dejan estar juntos, todavía. Tienes cosas por hacer. Si te gusta lo que sientes y quieres volverme a ver, tómate tu tiempo y haz lo que debes". Quiero hablarle pero no me salen las palabras. Siento la necesidad de amarla. de abrazarla, de besarla...pero no me siento inmovil.
"Alivia tus penas con un buen golpe antes de que sea demasiado tarde. Dar el golpe a tiempo dolerá, pero no será en vano. Darlo a posteriori, simplemente dolerá". Separa su cara de la mía y pasea sus labios por delante de los míos. Quiero acercarme, pero no puedo. Abre sus ojos y me mira como nunca nadie me ha mirado. Quiero decirle lo que siento con mi mirada, pero no puedo. Se desvanece enfrente de mi, más ténue, más, más, más oscuro, más...

Despierto y no me puedo mover, pero no es la misma sensación de placer que unos segundos atrás. Sigo sin poder hablar, un tubo me lo impide. Brazo, muévete! EEEOOO!! Brazo!! Levántate y arranca el tubo! Espera...¿se mueve? ¿Lo he levantado? ¿Sí? No puedo verlo. Ojos, abrios. Ojos!! Abrios!! Quizás tenga algo que envuelva mis ojos y me impida ver. Brazo, va, ahora sí, con toda la serenidad del mundo, levántate, no mucho, un par de centímetros, para sentir que todo va bien, y trepa por mi pecho hasta los ojos y comprueba que conservo la vista, que es solo un espadadrapo o algo por el estilo que no me deja ver...
No hay manera. Vuelve a dormir, bonito, a ver si consigues besarla.

Los que no me llaman presuntuoso me recuerdan que cuando pude mover la mano voluntariamente y abrir los ojos, tu no estabas ahí. Y tenías constancia de ello. Pero no quisiste estar.
Los que no me llaman presuntuoso me recuerdan que te he tendido la mano en varias ocasiones y te has tomado dicha oferta como una agresión.
Los que no me llaman presuntuoso te desean lo peor. Desean aconsejarte que huyas. Desean que me acerque a ti y te atemorice. Desean que haga caso a la dama de negro. Desean que no te escuche.Que te eche el guante.

viernes, 1 de febrero de 2013

Bajo tierra

-Pi, pi, pi, pi, pi, pi- ...y entré corriendo antes de que se cerraran las puertas del metro, emulando con mis movimientos al arcaico 'Prince of Persia' de ordenador de hace años. La verdad es que todos ponemos cara de sentirnos orgullosos de nosotros mismo o de nuestras aptitudes físicas cuando nos ocurre esto, pero yo, acto seguido, siento una tremenda vergüenza que me obliga a cambiar de vagón para no sentir las miradas clavadas en mi gesto de pseudorgullo. Aunque quizás no me miren.
Lo único que me gusta del metro es que me brinda una maravillosa oportunidad para ponerme los auriculares y sumergirme en mi mundo de vibratos, stacattos, fusas, contratiempos y bemoles, el resto me cansa. Rostros lánguidos, cansados ya a primera hora de la mañana, que me obligan a recordar la isla de Pascua. Legañas, cabellos mal peinados, olor a tabaco camuflando las intenciones del caro perfume, kilos y kilos de maquillaje y ni tan solo una sonrisa. Un asco.
Para amenizar, últimamente practico una curiosa actividad; deslizo el dedo sobre el reproductor, mientras aparecen en la pantalla decenas de nombres, lo detengo en la V. Presiono sobre Vivaldi, a continuación 'The Four Seasons' y remato con un 'Winter'. Qué empiece la acción!
Empiezan los primeros y más tímidos golpes de arco sobre las cuerdas y al son de las notas mis ojos escanean al 100% el vagón, persona a persona, cabeza a cabeza, ojo a ojo.
A medida que se acelera la canción, mi ansia también va in crescendo buscando unos ojos a los que atormentar, uno a uno. ¿Serán los tuyos? A ver que lees... Las sombras de Grey, por hoy te libras, viciosa, pero la rutina nos acerca, quizás mañana sea tu día. A ver tu... ¡¡LA BÍBLIA!! Eso es! Un corderito de Dios! Estudiemos las opciones. Vas embobada pensando en que estás a salvo porque Dios te guarda calentito el regazo, pero ni tan siquiera me has mirado...¿y si con disimulo (o sin él) me bajo en la misma parada que tu y te sigo a ver dónde vas?. Mmmm... No! Siguiente!! A ver que tenemos aquí.... Genial!!! Un adicto al whatsapp! Los odio! Tu sí! La has cagado! Te seguiré, estudiaré dónde trabajas, presupondré tu horario y cuando crea que acaba tu jornada vendré a buscarte y te seguiré otra vez, me enteraré de tu rutina diaria hasta que llegues a casa al final del día. Te estudiaré y acabaré contigo! Siguiente!
Espera.. no lee! Me está mirando, fíjamente!
Llevará días haciéndolo? Habrá estudiado mis rutinas, horarios, movimientos?

domingo, 28 de octubre de 2012

¿Tienes un cigarro?


Hablando con una buena amiga fumadora me contó que un domingo de invierno, a pesar de las bajas temperaturas, la lluvia y los estancos cerrados, a eso de las seis de la tarde, justo después de una larga sobremesa o, en su caso, después de la primera de las dos películas televisadas, tuvo que dejar a un lado la manta, vestirse, ir al coche y conducir hasta la gasolinera más cercana a por un paquete de tabaco ya que se quedó sin.
Realmente me mostré sorprendido. No fumo y quizás sea ese el motivo por el que no entiendo esas reacciones de los fumadores. Me sorprendí más al preguntarle si alguna vez había hecho lo mismo porque se le antojaba comer bombones, patatas, chocolate, palomitas, beber leche, refrescos, zumo... y su respuesta fue negativa.
De haber sido una respuesta afirmativa, me habría sorprendido también, no lo negaré, pero lo habría visto mas coherente.
A raíz de eso, observé aceptaciones sociales relacionadas con el tabaco que no suelen estar bien consideradas en otras situaciones.
Dejando de lado el hecho de que es adictivo, perjudicial para la salud y todas las contraindicaciones médicas que tanto odian escuchar los que fuman, que esté legalizado y otras substancias con las mismas características y efectos similares estén prohibidas o se requiera prescripción médica para hacerse con ellas ya me enciende un poco más, pero seguro que hay intereses politico-económicos detrás y esa podría ser la explicación más razonable de la aceptación.
En cuanto al tema económico es dónde empiezo a ver que la gente hace cosas extrañas y alarmantes que mi mentalidad, quizás anticuada, clásica o escasa, es incapaz de entender.
Crisis económica a la vista. Familias endeudadas con bancos, esclavos de los trabajos porque necesitamos un techo y nos hemos quedado sin ayudas, paro en aumento y sin previsiones de que la situación mejore y cada vez más y más subidas de impuestos que, como debe ser, también afectan al tabaco. En este momento, en el salón de muchas casas, se reunen parejas, matrimonios o familias enteras para afrontar la situación: "Venderemos uno de los coches, como tu trabajas más lejos, cariño, yo iré en transporte público, pero vendemos tu coche, que el mío está mejor. Nos borramos del gimnasio, total, apenas vamos. Nos quitamos el plus, damos de baja el teléfono, como tenemos los moviles, son ganas de mantener una linea que apenas usamos e iremos con mucho ojo con la lista de la compra. Dejaremos de lado los caprichos como patatas, zumitos para los niños y la bolleria. Comerán bocadillos como he comido yo toda mi vida. Ya no podrán ir a inglés al salir del cole. El nene que vaya al futbol y la nena a danza, así hacen deporte, pero los borramos del inglés que es mucho gasto. Y con la ropa... pues apuraremos. Si no tienen que ir de marca, pues no irán de marca..." todo eso con un cigarrillo en la mano, en una familia donde padre y madre fuman, pongamos, tirando a lo bajo, un paquete al día cada uno, calculando un precio aproximado de 4€ el paquete (que suele ser más), saldría a 56€ semanales, eso se traduce en  224€ mensuales, o lo que es lo mismo, academia de inglés y zumitos. A parte de deportistas, te saldrán listos y podrán gozar de un bollicao o un abrigo decente. Pero no, cuando se trata de apretarse el cinturón, el tabaco suele ser una página aparte igual que en la situación que, para mi, es la más extraña, odiosa y asquerosa de todas y que extrañamente es aceptada por todos; mendigar tabaco.
Me he encontrado en la situación de ir por la calle con un amigo, pedirle un pañuelo y, ante la negativa de él, verme obligado a abordar a una chica de buen ver en busca de un pañuelo para que, acto seguido y sin mocusidades colgando de la naríz, ver como mi amigo trata de ridiculizarme por haber pedido un pañuelo cuando lo necesitaba mientras él no tardaría en mendigar un cigarrillo sin que nadie deba alterarse por su asedio constante en busca de nicotina.

Mi amigo es incapaz de entender como pude pedirle un pañuelo a una chica, es más, siempre me dice que él nunca lo haría. También es incapaz de acercarse a una chica a pedirle el teléfono, entablar conversación o flirtear, ni a unos chicos en un parque a pedirles pipas después de decirme que le apetecen, ni a pedir una patata a alguien que está comiéndolas en una terraza, o un sorbo de su café calentito, o pedir 20 céntimos de euro para poder subir al bus y no tener que andar más de tres cuartos de hora para volver a casa, sin embargo entiende que existe una diferencia razonable, y que yo debería entender, para abordar a cinco personas en cuestión de dos minutos para que sacien su sed de nicotina y a la vez eviten que gaste 4 de sus euros en un paquete de tabaco que contiene 20 cigarrilos, que si hacemos la división con este precio, sale a los 20 céntimos de euro que un rato antes he mencionado que ha llegado a necesitar en más de una ocasión para poder volver en bus.
Los que no fumamos jugamos en desventaja a la hora de saciar nuestros vicios, porque para drogas, putas, tragaperras o quinielas, nadie deja ni un céntimo!

viernes, 12 de octubre de 2012

(IN)HUMANO

Tras escuchar varias veces en los últimos meses la palabra "inhumano(s)" aplicada a diversas expresioines y sentencias, me dío por hacer un profundo análisis de la palabra y las situaciones en las que se aplica poniendo punto final a la investigación con la nota irónica que necesitaba para decidirme a exponer mi humilde teoría.

Según la R.A.E.,
inhumano, na.
(Del lat. inhumānus).
1. adj. Falto de humanidad.

Analizando la única definición que nos da el diccionario, deducimos que, dado que proviene del latín, 'in' es "falto" y 'humano' va relacionado con "humanidad".

Primer punto, superado. Sé el supuesto origen de la palabra según lo que me dice el diccionario, que para eso está, y me da una respuesta idéntica a la que yo tenía sabida. Pero mi problema llega al analizar el uso de la expresión.
Solemos darle uso a la palabra en situaciones en las que una persona se excede, normalmente, fisicamente con otra persona o animal. Por poner dos ejemplos, a todos nos vienen a la cabeza (y si no yo os lo recuerdo) las fotos de aquél joven con un polo veraniego de marca y de color asalmonado torturando de manera escandalosa a unos indefensos gatos. En una de las fotos se le llegó a ver alardeando de hombría con al menos 10 felinos en las manos, todos ellos muertos. Y el otro ejemplo tuvo lugar en un cajero automático de la zona alta de Barcelona en el que dos jóvenes prendieron fuego a una indigente con la única finalidad de divertirse.
Con las situaciones y, en el peor de los casos, las imágenes presentes la definición del diccionario parece estar en lo cierto.
A nivel personal, seguro que todos hemos tenido un jefe inhumano, o un amigo, pareja sentimental o familiar que tenga un jefe inhumano, que haya sufrido algún tipo de situación en la que se ha visto implicado un inhumano, como un atraco, un roce con algún yonki, algún divorcio o ruptura sentimental o algún problema con una entidad bancaria, que últimamente se les suele definir con el atributo en cuestión.
Seguro que todos hemos usado esa expresión al ver por televisión imágenes de algún conflicto bélico, alguna noticia que destaca la bajeza de algunos o al leer las etiquetas de según que calzado o ropas y acordarnos del empresario que somete a los pobres niños, y no tan niños, con la finalidad de abaratar costes.

Me da sensación que al decir que algo carece de humanidad automáticamente se lo relaciona con lo animal, pero me tomo la licencia de preguntar abiertamente si alguien ha visto un acto "inhumano" en algún animal.
Quizás obtengamos respuestas que lo afirmen, pero me atrevo a decir que el ser humano lo ha igualado o superado.
A nivel doméstico, lo más "inanimal" que se me ocurre es el padre hámster que se come a las crías con acusada debilidad, pero hace escasos días que los huesos de esos roedores fueron el motivo por el cual un padre humano casi se libra de ser juzgado debidamente por haber asesinado y quemado, o quemado directamente, a sus dos hijos, sin ninguna debilidad aparente que los haga menos aptos para la supervivencia.

La gota que ha colmado el vaso, ha sido que, hace escasos minutos, al teclear la palabra "inhumano" en Google, y acto seguido darle a "Imágenes", en ninguna imagen aparecía un animal como autor de los hechos, es decir, ejerciendo de "inhumano". Salía un animal aplastado y maltrado con pruebas evidentes de que ese acto había sido realizado por humanos, y el ya mencionado "pijo" de los gatos.

Mi pregunta/reflexión es ¿por qué se usa el término inhumano para designar actos de bajeza realizados única y exclusivamente por humanos? Si "inhumano" quiere decir 'falto de humanidad', entonces ¿por qué es una actitud exclusiva de los humanos? 
Torturar animales, esclavizar a niños, esclavizar a adultos, comportamientos déspostas, agresiones, atentados terroristas, brutalidad policial, violaciones, genocidios, guerras... A la vista queda que lo que nosotros decimos que es falta de humanidad es la virtud más humana a la que se ha aferrado el ser humano. Es ese nexo profundo con lo "inhumano" lo que nos hace humanos.

Así que, mi propuesta es introducir una nueva palabra en la lengua que defina mejor este conflicto o averiguar el orígen de la palabra y de sus prefijos que no vaya a ser que andemos confundidos debidos a eso, ya que si propusiera un asesinato en masa de todo ser que hiciera alarde de "inhumanidad" o "inanimalidad" me vería forzado a dar la última pincelada a mi obra de arte recuerriedo al hara-kiri
  

lunes, 17 de septiembre de 2012

Amistad

Tras tres cervezas nos vino la lucidez en un lúgubre bar. Fue cuando se postró frente a nosotros la camarera cincuentona y tetona con un par de botellas más, que a mi amigo -sí, he dicho amigo- se le ocurrió preguntarme por mi concepto de la amistad.

Te considero mi amigo, -le dije- lo sabes, quizás sea el único, o uno de los pocos desafortunados, que puede presumir, o no, de ello. Sabes más de mi que yo mismo e incluso puedes intuir por donde voy a salir o como voy a acabar en casi cualquier situación, cosa que yo soy incapaz de hacer conmigo mismo, pero, por una pregunta como la que me acabas de hacer me dejó mi ex.
Le conté mi teoria, sí, la del eclipse y los perros... y no le sentó bien.

Eclipse? - me preguntó-.

Sí. Ya sabes, bueno, llámalo eclipse, conveniencia geográfica o intereses cualesquiera en común... Mi compañero de trabajo es mi mejor amigo porque paso 8 horas diarias con él, y claro, estoy harto ya de escuchar que si el pequeño Xavi ya sabe diferenciar las letras con sólo 3 añitos, o si las croquetas de Sandra son las mejores. Incluso sé cuando le viene la regla a Sandra y que le traerá Papa Nöel a Xavi.
Mi anterior mejor amigo era mi vecino. Anterior porque es antes él que el compañero de trabajo y cuando digo antes, me refiero al trayecto que compartimos desde que nos cruzamos cada día a las 7:14 en la escalera hasta que me bajo del tren una hora más tarde y lo dejo ahí sentadito con la cara legañosa y con ganas de acabar de contarme la discusión que tuvieron los vecinos suramericanos de más arriba. Pobrecillo, creo que tiene los días contados en la fábrica en la que trabaja.
Durante el descanso en la oficina, mi mejor amigo no sé como se llama. Tres años tomando café cada día, compartiendo mis 20 minutos más placenteros de la jornada laboral, los lunes criticamos las tácticas si se pierde o sonreimos apollardados si se gana, los martes ya estamos más nerviosos con la política y la economía, el miercoles hay champions, con un poco de suerte, si pierden, el jueves vendremos con ganas de mandarlo todo a tomar por culo, incluso esos 20 minutos, y el viernes, sin ningún pudor, nos contamos que haremos, dónde iremos y con quien. Te conoce, sabe como te llamas, le he hablado de ti, pero no sabe mi nombre.
Cuando salgo de trabajar tengo poco más de una hora de introspección. Es el mejor momento del día. Ahí soy yo mi mejor amigo. Por interés. Porque voy solo, cansado y no me apetece ser simpático con nadie. Es más, a veces vuelvo en el tren deseando pesar 20kg más, pero no de grasa, sino de explosivos, y no sólo eso si no que también me gustaría llevar una mochila cargadita de más explosivos. Y soy mi mejor amigo en esa situación porque no encuentro disparatada esa idea, al contrario, me animo a planearlo y seguir adelante.
Luego es tu turno, o el de Oscar o Rubén, María, Sara, Andrea o Agatha, depende de si me apetece café, té o cerveza, hablar de cine, de tetas o de trivialidades, follar o fumarme un cigarrito aliñado escuchando música australiana.
Dime, ¿cuántos amigos conservas de la universidad? De ese grupo de más de 20 personas con las que me hacías recorrerme todas las discotecas de la ciudad, tienes contacto con 5, 6... no más. Y que sea regular e interesante con 1. A ese te doy permiso para llamarle amigo, o mejor, se precabido y espera a que la vida os ponga otro obstaculo de por medio. Vete a vivir con tu novia, o él con la suya, o dejadlas preñadas. Veremos si al jardinero le siguen quedando ganas o tiempo de regar la plantita.
A eso me refiero, dos cuerpos orbitando se cruzan en un punto concreto en un momento concreto, comparten el momento y luego siguen su camino. Quizás con los años vuelvan a cruzarse. Vivirán algún momento y con anhelo recordarán la última vez que se cruzaron, pero las leyes del cosmos les obligarán a seguir sin saber cuánto tardarán en volver a cruzarse.
Ese es el primer tipo de amistad. El que cuando explicas a alguien dices "mi amigo del instituto, la universidad, del trabajo,...". El otro tipo, son los perros. A lo largo de tu vida no te cruzarás con muchos amigos perros. Y eso es lo bonito. Saber quien es tu amigo-perro y disfrutarlo.
Tu amigo perro es ese con el que no eres buen amigo. Al que les has fallado, le has hecho alguna jugarreta, le has dado motivos para largarse y dejar que te pudras, pero tiene fe ciega en ti y sigue siempre a tu lado.
A mi ex le dije que sería feliz dejándola encerrada dos horas en el coche con la ventanilla bajada sólo dos dedos, irme de cervezas con los amigos a ver un partido de rugby y al volver que se muriera de alegría por verme, que festejara desmesuradamente que he vuelto y que ya estaba con ella otra vez.
No sé si no entendió la metáfora, si creía que la llamaba perra o algo así, pero no le hizo gracia. En fin... ¿qué le vamos a hacer? ¡¡Un perro no se habría puesto así por un comentario como ese!!





viernes, 31 de agosto de 2012

COMPRENDÍ ("y ahora vivo en un castillo de arena")






Comprendí que no se trataba de mi.

Son diversas las vías de la incomprensión; al no entender que sucede, no vemos las cosas claras y no logramos comprender el porque de las cosas. Peor aún es peor cuando cruzas la delgada y punzante línea de la incomprensión y te posicionas al otro lado. Abandonas la postura del que no comprende para ser el incomprendido. Lo ves todo claro pero difieres del resto.
Dos situaciones distintas para un mismo sentimiento. Sentir que el mundo gira a una velocidad y nosotros llevamos otro ritmo. Sonar como el típico acorde reggae que entra a contratiempo, entre golpes de caja. Dar un pasito al frente y no avanzar.
Pasear desorientado por los callejones aparentemente iguales de un laberinto. Dar  vueltas a las cosas en tu cabeza hasta el punto de no saber si es la primera, la segundo, la quinta o la duodécima vez que pasas por esos pensamientos. No se trata de fijarse o no fijarse, de ver algo o de no verlo, de sentir algo o de no sentir nada. Es cuestión de comprender. Y cuando comprendes, ¿qué pasa? 

Lo lógico sería imaginar una sensación embriagadora de satisfacción. Sentirse algo más "sabio", cultivado, conectado con la realidad. No nos engañemos, no siempre sucede así.

Recientemente he comprendido a un incomprendido. A alguien a quien llaman loco. A alguien que aparentemente no encaja. Lo único que he logrado con eso ha sido ser considerado un incomprendido.
No se trata de mi, ni de los dedos que le señalan o de las voces que le acusan. Se trata del incomprendido. De ponerse en su piel. De dar un paseo con su caparazón. De armarte con las "armaduras oxidadas" que porta ese caballero. De cargar con el lastre que arrastra. De ponerte sus gafas, de focalizar el mundo con su objetivo. De escupir con sus labios. Morder con sus dientes. Acariciar con sus manos.
No se trata de mi.

Puedo comprender a un asesino, un esquizofrénico o un "demente" sin apenas esforzarme. Quizás porque hay algo de ello en mi. Quizás no. Puede que sea porque me pongo en su pellejo, puede que no, o puede que sea porque tengo un pellejo agraciado que recubre un esqueleto esbelto que proteje un cerebro privilegiado, o porque el cerebro resguardado tras el esqueleto es del tamaño del hueso de una aceituna, pero ese hueso de aceituna es incapaz de comprender como es posible que los que comprenden el mundo a su manera sean incampaces de comprender a los que no lo ven como ellos. Soy incapaz de comprender como los que comprenden el mundo supuestamente bien dan la espalda a los incomprendidos y les acusan de no entender nada.
 Los incito a sentarse delante de un incomprendido y que traten de comprenderlo.

Tal vez su temor sea descubrir que, en realidad, son ellos los que no entienden nada. 


sábado, 14 de julio de 2012

NEOLENGUA

Normalmente, con el tiempo, las lenguas van cambiando. Las palabras significan cosas hoy que nada tendrán que ver con su significado dentro de unos años ni con el que poseían antaño. Se crean palabras nuevas y muchas otras entran en desuso. Se adoptan palabras de otras lenguas y las nuevas tecnologías incorporan muchas expresiones y palabras nuevas a nuestro vocabulario.
Este proceso suele durar generaciones en la mayoría de los casos. A día de hoy, aunque a muchos les duela, aún sigue sonando el "dabuti" con el que nuestros padres se hacían los molones en las discos, y quizás muchos de nuestros hijos lo lleguen a escuchar más aisladamente, esperemos.
Quizás no he sido adoctrinado adecuadamente en este campo, per la verdad es que ando confundido con el uso de algunas palabras con las que he tenido que lidiar a lo largo de mi vida y que creo que descontextualizo siempre, porque jamás consigo hallar el sentido correcto de esas palabras.

Por ejemplo, de pequeño solía jugar a futbol. A la hora del patio, a la hora de comer y al salir del colegio. Los fines de semana, siempre que la lluvia no nos jodiera nos reuníamos unos cuantos amigos y no fallaba la pachanguita de futbol. Cuando llegaba a casa el domingo a la noche me llamaban vago por no haberme quedado en casa leyendo y estudiando. Lo mísmo ocurría con el profesorado a final de curso.
Hoy me llaman lo mísmo por quedarme en casa leyendo en lugar de ir a rendirle culto a mi cuerpo ante unos espejos, máquinas y pesas.
Aprendí a observar, a quedarme con los detalles que una escena cualquiera de mi vida podía aportarme. Olores, sonidos, voces, frases, gestos, palabras, horarios, direcciones, canciones, teléfonos,... En menos de lo que se tarda en parpadear pasé de ser un chico observador y detallista a ser perturbado y maniático .
Miro a mi alrededor y veo a la gente abatida, rendida, son cuerpos inertes arrastrados por la rutina, máquinas programadas, robots, esclavos, sumisos que deambulan de casa al trabajo y del trabajo a casa, cansados, fatigados, todo para pagar a final de mes su pacto con el diablo. Reciben el nombre de luchadores. Yo creía que un luchador era alguien incansable, insaciable, un imbatible que nunca se daba por vencido, que hacía caminos dónde sólo había piedras, bosques, selvas o malezas. Aquél que caía y se levantaba, aquél que decidía dónde pisar y no dejaba su destino en manos del azar. Aquél que sabe lo que quiere y no se rinde hasta que lo consigue. Hoy les llaman soñadores.
Mientras esos soñadores se desangran en el campo de batalla, muchos de esos luchadores ya le están llamando perdedor por el simple hecho de que, para ellos, sus aspiraciones son solo sueños u objetivos imposiles de alcanzar. A mi me enseñaron que el perdedor era el que había perdido.
Cuando eres valiente y dices lo que piensas y sientes como lo piensas y lo sientes te llaman loco. El loco que narra la realidad tergiversada del valiente es la víctima cuando la verdadera víctima de los traumas del loco suele ser el valiente.
Estamos de enhorabuna, ¡¡la cefalea ha sido erradicada!! Al común dolor de cabeza se le llama migraña sin pudor alguno. A la sobredosis de café, el no echarse la siesta, no encontrar pareja estable y no asimilar ciertos cambios que se producen en tu vida ya no se le llama mala racha/época o irritabilidad , ahora es ansiedad. Y si tienes dos días malos crisis de ansiedad.
Los pacientes diagnosticados con depresión son los que van a la moda. Por cierto, son luchadores todos ellos, mientras que el que levanta cabeza como puede y no se rinde es un pringao'.

Para no sufrir un ataque de ansiedad ya que el temita me produce migraña perpetua, me sacrifico y sigo entre los pringaos' , pero no voy a mencionar ninguno de los abusos reales que se hacen a día de hoy en política de la Neolengua tal y como la explicó Orwell.
 



"En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón". Friedrich Nietzsche