miércoles, 9 de octubre de 2013

To defy: The gentle art of making enemies

La inmensa ciudad no es más que un grisaceo desierto entre la 1:30h y las 5h. Es el paraiso de la reflexión. Es un viaje espirituales si sabes dejarte llevar por sus calles. Es un Camino de Santiago o un viaje a la Meca. Es una escultura perfecta. Es el más talentoso de los poemas. La más bella de las melodías jamás escuchadas.

Es el ojo del huracán.

Es en el ojo del huracán donde me acuerdo de ti. Te escucho, te veo, te leo, y te lanzo el guante. Te abofeteo y te lanzo el guante. Muchos me llamarán presuntuoso si se enteraran que en realidad siento compasión de ti. Te tengo rábia, sí, pero me siento con el poderío de ser yo quien tome la decisión de perdonarte y no adjudicarte a ti dicha labor. ¿Perdonarte? - Pues no sé, los que no me llaman presuntuoso me llaman inútil cuando les planteo el tema. Les pregunto, al más puro estilo Ghandi, que porque no mereces mi perdón, aunque sea en el más estricto sentido espiritual y me responden con vehemencia que si sufro de amnesia o que si tanta lechuga me ha vuelto gilipollas. Entonces me obligan a hablarles del tango y el pasodoble que bailé con la dama de negro. En cuanto al tango les conté a que huele su perfume, y el tacto de sus ropas y lo que me susurró. Les conté que fue el más apacible de mis sueños, y que es similar a vagar entre la 1:30h y las 5h por los callejones de la ciudad cual alma en pena y les conté lo que sentí al despertar.
Sobre el pasodoble...aún ando sin creerelo, más que hablarles para hacer entender algo, les hablé para asimilarlo. Han habido otros bailoteos más salvajes de los que hablo sin pudor, no merece ser llamado baile, a pesar de la experiencia que nos aporta, una danza asalvajada similar al Ska.
Mis argumentos les sirven a medias. Mi discurso al más puro estilo "Nazareth, año 10 d.C." les hace pensar, pero a la vez les hace volver a llamarme gilipollas y encorajarse más en sus pensamientos y argumentos y se sienten valientes para espetarme que como es posible que me ponga tan benevolente con alguien tan insensible y egoista habiendo bailoteado lo que he bailado.
Me hacen pensar. En cierto modo me aferro a mis pensamientos por el placer de mantenerlos. Por el vacío que dejarán cuando me desprenda de ellos. Pero a su vez me apetece abrazar sus ideas. Dichas con razón y no con corazón.
Es en esos momentos en los que recuerdo a la dama de negro acercándose a mi, despacito, con su mística aura envolviéndola y levitando. Me rodea un par de veces, me levanta la mano y me la agarra como si no quisiera dejarme escapar. Me abraza, con calor, con deseo, con amor. Acerca su rostro entrecubierto al mío. Con tacto, despacito, cual madre protectora acerca sus labios al rostro de su recién nacido bebé. Me abraza más fuerte aún y me susurra al oído "no nos dejan estar juntos, todavía. Tienes cosas por hacer. Si te gusta lo que sientes y quieres volverme a ver, tómate tu tiempo y haz lo que debes". Quiero hablarle pero no me salen las palabras. Siento la necesidad de amarla. de abrazarla, de besarla...pero no me siento inmovil.
"Alivia tus penas con un buen golpe antes de que sea demasiado tarde. Dar el golpe a tiempo dolerá, pero no será en vano. Darlo a posteriori, simplemente dolerá". Separa su cara de la mía y pasea sus labios por delante de los míos. Quiero acercarme, pero no puedo. Abre sus ojos y me mira como nunca nadie me ha mirado. Quiero decirle lo que siento con mi mirada, pero no puedo. Se desvanece enfrente de mi, más ténue, más, más, más oscuro, más...

Despierto y no me puedo mover, pero no es la misma sensación de placer que unos segundos atrás. Sigo sin poder hablar, un tubo me lo impide. Brazo, muévete! EEEOOO!! Brazo!! Levántate y arranca el tubo! Espera...¿se mueve? ¿Lo he levantado? ¿Sí? No puedo verlo. Ojos, abrios. Ojos!! Abrios!! Quizás tenga algo que envuelva mis ojos y me impida ver. Brazo, va, ahora sí, con toda la serenidad del mundo, levántate, no mucho, un par de centímetros, para sentir que todo va bien, y trepa por mi pecho hasta los ojos y comprueba que conservo la vista, que es solo un espadadrapo o algo por el estilo que no me deja ver...
No hay manera. Vuelve a dormir, bonito, a ver si consigues besarla.

Los que no me llaman presuntuoso me recuerdan que cuando pude mover la mano voluntariamente y abrir los ojos, tu no estabas ahí. Y tenías constancia de ello. Pero no quisiste estar.
Los que no me llaman presuntuoso me recuerdan que te he tendido la mano en varias ocasiones y te has tomado dicha oferta como una agresión.
Los que no me llaman presuntuoso te desean lo peor. Desean aconsejarte que huyas. Desean que me acerque a ti y te atemorice. Desean que haga caso a la dama de negro. Desean que no te escuche.Que te eche el guante.